lunes, 6 de noviembre de 2017

Terapia en la fosa


Julieta, reconocida psicóloga de la  ciudad de Rosario emprende  camino rumbo a Cañada de Gómez para dictar un curso sobre violencia de género. A pocas cuadras de salir, advierte un ruido raro en su coche, fiel, aunque con muchos kilómetros recorridos. Logra detenerse en un taller que encuentra a su paso y comienza a dialogar con un muchacho musculoso  que se presenta como el encargado .
-Tengo un día muy agresivo, necesito un shock reparador.-
-¿Probó activar la válvula de alivio?-
-No es conveniente en esta etapa de carencia-
-Si le parece, le provoco un arranque en caliente y reviso la batería.
-Ya le apliqué una batería de tests y los percentiles fueron positivos.
- La polaridad positiva daña la bobina y requiere un sensor.
- Pero su líbido aumenta con sensaciones efectivas. Eleve su autoestima con algún elogio, por favor.
-Lo lamento , pero una máquina tan desvencijada no puede hacer florecer ni a un árbol de leva-
- Le va a provocar un trastorno de identidad.
- No creo, aunque tiene arrastre, sus caballos de fuerza son insuficientes.
- ¿Asegura usted la aparición de un trauma equino?-
- De ninguna manera, usted carbura demasiado mis deducciones y recarga el fusible.
- Hacerme un lapsus para venir al taller me ocasiona una depresión que debo superar.-
-Si prefiere la coloco en la fosa y reviso minuciosamente su mariposa-
-Con tremendo abordaje mi ansiedad comienza a desbordarse.-
-No se preocupe, coloco el freno de mano, y la encandilo con estos faroles de cielo que heredé de mamá.-
- No salga ahora con el complejo de Edipo-
- y usted no escape, ni amortigüe esta revisación  que debería ser de rutina.-
Cuando el circuito de alimentación estuvo reparado, la relación se puso a andar con la marcha mínima sin fobias ni apegos siguiendo la corazonada de una bujía que suspiraba repleta de aceite.

                                                                                                      Rita Asín

2 comentarios:

  1. Rita, es muy divertido el diálogo donde se mezclan distintos registros y sugiere más de lo que dice. Yo le quitaría la introducción y dejaría que el diálogo comience directamente hasta el final. No necesita la data de la psicóloga rosarina. Que el lector imagine quienes son los emisores y receptores de este diálogo que tiene mucho de género absurdo. Muy buen trabajo.

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